“La ventana de los cíclopes” cuenta la historia del encuentro entre Jurko Payacca, el último de los Q’ueros, y el cíclope Seryoh. “El cíclope representa al sujeto indiferente, el que tiene esta media mirada, esta miopía social frente a los hechos”, explica Daniel. En la historia, estamos llegando a un momento previsto por las leyendas, aquel en el que la desaparición del manto de hielo de las montañas marcará el fin de los tiempos. En esa circunstancia el esperanzado Jurko, quien ha hecho un pacto con el Apu Ausangate para tratar de revertir la desaparición de la nieve, y el cíclope se encontrarán: la esperanza contra la indiferencia. “Al final, solo quedan unos ecos que van resonando en el espacio, ecos que dicen: ‘Hemos secado el último río, cortado el último árbol; las manos de los poetas han sido cercenadas, las bocas de los trovadores han sido cosidas, *¿acaso hay algo más por hacer?*’”, cuenta Daniel.
“La solución al problema de los glaciares no es complicada, pero requiere voluntad política y un cambio en la mentalidad de la gente, porque llevarla a cabo es como construir la muralla china”, dice Miguel Flores, quien hace del narrador en la obra. “Parece irreal. Pero supongo que la muralla china también, en un momento, fue irreal”.
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