Cuando Marcelo Bielsa construyó su primer Newell's exitoso, aquel que
acabó campeón en la temporada 1990/1991 del fútbol argentino -última
jugada a razón de un solo título por año en tierras gauchas-, empleaba
un esquema muy clásico: un 4-cuadrado-2 ordenado con roles muy
definidos. Norberto Scoponi era el portero; Julio Saldaña, Mauricio
Pochettino, Fernando Gamboa y Eduardo Berizzo iban atrás; Darío Franco y
Juan Manuel Llop atracaban en el medio; Gerardo Martino y Julio Zamora
(actual DT de Melgar) se encargaban de la generación, y arriba quedaban
Cristian Ruffini y Ariiel Boldrini.
El "estilo Bielsa" comenzó a marcarse solo, entonces, al año
siguiente, cuando con miras a afrontar simultáneamente la Libertadores
1992 y el Clausura local, se contrató a jugadores como el paraguayo
Alfredo Mendoza y el chileno Luka Tudor, además de los locales Alfredo
Berti y Cristian Domizzi. Con ellos en el plantel, Bielsa pudo hacer una
variante sustancial: pasar a jugar con cinco hombres en el fondo
reconvirtiendo a Llop, el hombre que tenía más trajín en su mediocampo,
en líbero detrás de la línea de cuatro, puesto que al medio Berti podía
hacer la labor de barredor. Martino y Zamora flotaban a los lados y
arriba, Mendoza hacía de mediapunta para que Domizzi se encargara de
concretar. Un sistema con roles muy definidos -y muy demandantes de
trabajo táctico-.
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